«Isla»

Era temprano y decidí dar un paseo en mi barco, me levanté y salí de casa, vivía a pie de playa. Una vez en alta mar, con el amanecer apareciendo delante de mí, vi una isla que antes no había presenciado, pensé que mes devie de rumbo, pero no era así, era la misma ruta que hacía siempre, me acerque no quería bajar, pero algo vi que me llamó la atención, algo brillaba tanto que me escandilaba, coloque el ancla, cogi la zodia y me acerque, cuando baje me dirigí al resplandor, era una botella con algo dentro, la sujete con mis manos, desenrosque el tapo y saqué lo que parecía un papel descolorido por el tiempo, empecé a leer y las dos cosas se me cayeron de la manos.
Carta:
Esta carta va dirigida a donde llegue, por favor nunca pisen está isla (dibujo), hemos sido invadidos por algo antinatural, en mi grupo éramos seis y no sé dónde están creo que solo quedo yo, pero no me queda mucho, por lo que más quieran no vengan nunca, la mar tiene vida propia.

—Esto debe ser una broma, pero ahora mismo me voy de aquí —cuando se quiso dar cuenta su barco se había alejado de dónde lo dejo y la zodia no estaba en la orilla—. No puede ser posible si la dejé aqui mismo.
Cuando miro hacia el mar, veía como el agua hacia algo raro, se movía y apenas había oleaja, estaba en calma, hizo todo lo posible por llegar a la zodia pero la mar la escupía hacia la orilla, por mucho que quería siempre acababa fuera y acabo agotada.
—Mierda, esto no me puede estar pasando
Después la isla cambio de forma y ella encontró un lugar donde refugiarse.