«Mientras navegaba»

Me quedaban dos días para coger las ansiadas vacaciones. Me sentía tan estresada que me dispuse a navegar con el bote de Andreu, siempre lo tenía en la arena de la playa junto a la orilla, preparada para cualquier imprevisto. Como el mío, remar sobre las aguas y respirar su olor hasta desestresarme. 
Ese día el mar estaba en calma así que decidí acercarme un poco más a los acantilados, se veían espectaculares desde el agua. 
Recibir la brisa marina en mi rostro me resultó maravilloso, la luz del sol asomando en el horizonte, el suave movimiento del bote, calma absoluta. De pronto, algo interrumpió mi paz. Surgió del agua y del sobresalto, mis piernas se tensaron e inconscientemente mi cuerpo se balanceó hasta caer al mar.

- ¿Quién osa interrumpir mi paz? - Preguntó aquel individuo.
- ¿Cómo? Más bien me la has interrumpido tú ¿Se puede saber de dónde sales? - Preguntaba mientras volvía a subir al bote con dificultad.
- ¡Oh vaya! Disculpe señorita. Es que su embarcación me ha despertado de un hermoso sueño - Contestó muy amable.
- Pero ¿Qué eres, un sireno? - Le pregunté al ver su cola de pez.
- Si le soy sincero me agrada más tritón, para ser exactos, tritón Fergus, para servirle -.
- Yo soy Dana y, me disponía a tener un momento agradable sobre el mar, hasta que has llegado tú y has hecho que caiga al agua -.
- Le pido disculpas, desearía recompensarla. ¿Le gustaría sumergirse conmigo y disfrutar de la armonía de mi arrecife? -.
-¡¿Cómo?! -.

Tras preguntar y sin mediar una palabra, Fergus de bellas facciones y enormes ojos verdes, me plantó un beso en los labios y, en menos de un minuto mis piernas se convirtieron en cola de sirena. Ahí descubrí mi destino, entre corales y conchas marinas.