«La niña de las estrellas»

Érase una vez una niña cuya hermosa cabellera rubia casi le rozaba los tobillos, su sonrisa era capaz de iluminar la más terrible oscuridad, y, allá donde sus diminutos pies la llevaban, ella repartía carcajadas... 
Sus progenitores estaban siempre a su lado, vigilando que, su pequeño tesoro, estuviese siempre a salvo; curaban cada herida que se hacía al correr, le enseñaban con paciencia y dedicación...

Pero, sus padres, no pudieron luchar contra lo inevitable...
Un terrible mal que azota sin piedad la vida de miles de personas, una enfermedad capaz de apagar a la persona más brillante atacó a la pequeña... Fue diagnosticada con cáncer terminal.
La desolada familia no encontraba consuelo alguno... Buscaron mil y una formas de curarla... Todo era inútil.

La pequeña veía en los rostros de su entorno que algo no iba bien, y, aunque no se lo decían, ella ya sabía todo...
Lejos de desanimarse, la niña daba vueltas por el hospital, visitando a los demás pacientes y alegrándoles el día con su gran sonrisa...

- "Esta niña es un ángel..." -Decían todos los que la conocían.

Nunca perdió su gran imaginación, desde su cama de sábanas blancas, remaba hacia lugares inóspitos que dibujaba su imaginación, recreando escenas fantásticas y llenas de magia; las contaba con un brillo cautivador en su mirada celeste, con un tono que embaucaba a sus oyentes...

Tras seis fatídicos meses de intervenciones, quimioterapia, y múltiples análisis... Su pequeño corazón no pudo soportar la fría y cruel enfermedad, y cerró sus ojos por ultima vez, bajo su lema preferido...

- "Mamá... Papá... Nunca dejéis de soñar..."

Tras aquellas últimas palabras, un fúnebre pitido indicó que, esa noche, el cielo daría la bienvenida al ángel que envío a la Tierra.

Pequeña, no temas... Estés donde estés, siempre serás la más brillante de las estrellas.