«El loco del mar»

Me llaman loco.

Pero, ¿Qué sabrán ellos del mar y sus profundidades, de las sirenas y su magia?

Si yo soy un loco, ellos son ignorantes de las cosas maravillosas que ocurren más allá de nuestras costas, de la vida que existe bajo el agua azul de nuestros océanos.

Recuerdo cuando la vi por primera vez, era tan solo un niño que había salido a pasear en barca junto a mi padre cuando noté algo moverse bajo la superficie del Mediterráneo. Me quedé inmóvil cuando asomó parte de su cuerpo, su pelo era largo y dorado, sus ojos marrón avellana y su sonrisa tan inmensa como las profundidades de ese mismo mar. Me sonrió y volvió a sumergirse haciendo delicados movimientos con su cola morada.

Mi padre no la vio y tampoco me creyó, ni él ni nadie a quien se lo conté. Pero no me importó, desde entonces salgo a menudo a buscarla y ella me espera en el mismo lugar donde nuestras miradas se encontraron por primera vez.

Aquí, lejos de curiosos que no puedan hacerle daño si la descubren disfrutamos el uno del otro, de nuestras miradas, de nuestras manos entrelazadas y nuestros juegos bajo el agua.

Pero hoy, hoy todo será diferente. Mi barca será el único testigo que me verá zambullirme en estas aguas cristalinas y lo haré para no volver.

Este loco del mar y las sirenas se despide de su mundo para disfrutar en otro donde será más feliz junto al ser que un día le robó el aliento y el corazón.

Ahí viene, con sus dulces movimientos estirando su mano para coger la mía. La agarraré con tanta fuerza que no volveré a soltar el regalo tan especial que un día el mar quiso hacerme.