«Larry el sucio 3»

Merde! ¡¿Donde están mis calcetines de la suerte?! -gritaba Larry, mientras vehemente revoloteaba en el tacho de ropa sucia. 
-"Tal vez fue el perro. No lo creo. El último que tuve se murió. De intoxicación por comer mis 'boxers'...  Que sabrán esos veterinarios. Debo de encontrarlos. En el mundo no hay calcetines como esos. ¡Eran putisísimamente mágicas!"

Así es. Lo eran. 

Larry descubrió que tenían el poder de brindar habilidades físicas o mejorar el rendimiento de éstas sin sentir casi fatiga o cansancio alguno.
De ser un completo cojo en las pistas de baile, pasó a ser el 'michael Jackson'; y en las canchitas de barrio, un Messi.
"Pero como todo gran poder conlleva una gran responsabilidad", no pasaría mucho tiempo para que descubriese que no era, ni mucho menos, el indicado. Pues una de las cosas que más odiaba aparte de la limpieza y el orden era la responsabilidad misma. Empezó a ganar concursos de bailes y campeonatos de fulbito barrial.
Se atribuía todo el mérito. Pero nada se compararía cuando retó al mismísimo zinedine zidane -quien ese día visitaba a un familiar por ese sector-, a un duelo de uno a uno. No es necesario decir que ganó. Pues era obvio que sí lo haría.
-"No te preocupes zizou, entrena más y un día podrás ser como 'éste tu papá'. Ahí nos vemos en la champions cualquier rato".
Grande su alegría pero corta su felicidad cuando tres días después no encontraría los calcetines.
"Cuenta la leyenda que viajó hasta el fin del mundo buscándolas". Pero fue en vano.
Después de un tiempo, reflexionó sobre su inestable vida: Cambió. Se volvió limpio, ordenado y responsable. Tuvo su familia y un hijo a quien llamó "Larry Junior", quien hoy se casa.
En este momento, justamente, habla con su consuegro...