«Desafío heredado»

   Nuestra historia tiene su origen en el lugar más inusitado: el fondo de un cajón. Un cajón que a simple vista es como cualquier otro. Forma  parte de una cómoda y comparte sitio con otros cinco cajones. Pero este es un cajón un tanto especial. Su contenido puede parecerles vulgar ahora pero esperen que le cuente la historia.

La cómoda en cuestión había pertenecido a la madre de mi madre, luego a ella y por último vino a parar a mis manos. Estaba algo desvensijada  pero yo le tenía un cariño especial. Llamémosle recuerdo de familia.
 Junto a mi hija le ajustamos los tornillos flojos, encolamos las patas y le dimos una nueva capa de barniz. Así que pasó a formar de la casa.
 La única utilidad que tenía era la de almacenar ropa como cualquier otra cómoda. Pero con el paso de los días nos fuimos dando cuenta de un fenómeno extraño. Cada vez que guardaba los calcetines en ese cajón uno de ellos desaparecía. Ésto no pasó sólo una vez. Pasó dos, tres y más veces y eso que yo soy muy cuidadosa a la hora de hacer la colada.
Era un misterio. ¿A dónde iba el calcetín huérfano? Había que averiguarlo.
 Juntas ideamos un plan. Poníamos un calcetín en cada cajón y veíamos que pasaba al otro día. Nada. Si los calcetines iban solos, ahí se quedaban. Pero cuando volvíamos a poner un par, uno de ellos...puff! desaparecía.

Con el paso de los meses nos rendimos. No había forma de resolver el misterio. Cómo única medida dejamos de guardar los calcetines en ese cajón.
Ahora le tocará a ella, la siguiente heredera, desentrañar el enigma de los calcetines perdidos y dar por fin descanso a tantos calcetines solitarios que al día de hoy siguen esperando respuesta.