«Dorito y Golosito.»

Vaya, no vienen a por mi,
mi hermano Dorito no está,
no puedo vivir así,
porqué será.

Me llamo Golosito y tengo miedo,
mi papá nunca me ha dejado solo,
solo sé que vivo en Oviedo,
y que a la gente le molo.

Mi color es naranja,
a todos alegro la vista,
nada me encaja,
y perdonad que insista.

Tengo mucho frío,
añoro el calor de su zapato,
aquí en la orilla del río,
de aquí no me escapo.

Anochece y siento incertidumbre,
papá ven a buscarme,
quiero el calor de la lumbre,
necesito asearme.

Soy su prenda preferida,
no comprendo este despiste,
no tengo ninguna salida,
te llevaste a mi hermano y no me cogiste.

Necesito que me abraces fuerte,
no me dejes atrás,
me merezco más suerte,
no aguanto más.

Mi primera noche a la intemperie,
estoy escalofriado,
un guaje me sonríe,
ya me habré resfriado.

El pequeño muestra interés por mí,
me quiere llevar con él,
su papá le insinúa que no es así,
que su familia estará llorando por él.

-Lo suyo es buscar a su papá,
buscaré por el parque,
tú te quedas con mamá,
a ver si no se ha ido a otra parte.

-Aquel tipo lleva un calcetín naranja,
y el otro pie al descubierto,
le falta su media naranja,
esto es un desconcierto.

-¡Oiga, puede que haya encontrado a su hijo,
veo que le está buscando,
venga conmigo, le dijo,
el chico está llorando!

-Golosito ha encontrado a los suyos,
nunca me volváis a dejar solo,
los miedos son muchos,
yo solo no controlo.

-Vámonos a casa Golosito,
prometo no volverme a olvidar,
mucho te ha extrañado Dorito,
te queremos a rabiar.